“No existía la posibilidad de volverme sin lograrlo”
Gabriel Guillar, primer puntano en lograr un 8 mil, regresó de su exitosa expedición a Manaslu y dialogó con Aconcagua Online
Por: Jorge Federico Gómez

Aconcagua Online recibió a su llegada al aeropuerto de Mendoza a Gabriel Guillar, el sanluiseño que se convirtió en el primero de su provincia en lograr la cima de un 8 mil en Himalaya, el Manaslu (8.162 m), octavo monte más alto del mundo.

Visiblemente cansado y emocionado por el reencuentro con sus familiares, Gabriel se tomó unos minutos con Aconcagua Online para contar algunas de las vivencias y aprendizajes de su impresionante y exitosa expedición.

“Esto nació como un proyecto personal -relató-. Después se llamó San Luis al Himalaya porque podía convertirme en el primer sanluiseño en intentar un monte en Himalaya. Acompañado por el club de montaña Inti Anti, que presidí por 8 años, se transformó entonces en la expedición del Club. Y después fue la expedición de la provincia porque empezó a tomar mucha difusión pública, con la idea de hacer flamear la bandera de San Luis en el Manaslu, octava montaña más alta del mundo y tercera más mortal después del K2 y el Nanga Parbat”.

Guillar recordó que fue en marzo cuando decidió encarar esta expedición, después de hablar con el recientemente fallecido Mariano Galván: “Yo originalmente iba a ir con él cuando bajara del Nanga Parbat” recordó emocionado. Comenzó entonces a buscar ayuda y asesoramiento: Todos los argentinos que hicieron cumbre en el Manaslu el año anterior me ayudaron mucho y estoy muy agradecido, también quienes intentaron el Everest este año, Andrés de Tucumán, Ricardo de Córdoba. Miré todos los videos que hay, todos, estudié la montaña, hablé con todos quienes pude, contraté al mejor guía nepalí, Tendi Sherpa, el mejor de todos, él y sus colaboradores son tremendas personas, solidarias y compañeras. Dentro de mis posibilidades hice todo lo mejor que pude”.

Respecto de su primera impresión al llegar al Campo Base, señaló que “sabía que había avalanchas y era muy empinado, pero cuando tuve la primera visión me di cuenta que era tremendamente empinado, impresionante. Y las avalanchas se escuchan noche y día, es una montaña que se carga mucho de nieve. Después te familiarizás, pero el riesgo es muy grande”.

Gabriel relató que el periplo entre el Campo 1 y el 2 es el más técnico donde hay mucha escalada propiamente. Mientras que entre los Campos 3 y 4 es un tramo básicamente físico, muy empinado, muy largo y donde en todo momento se transita con cuerda fija. “Después de esas subidas tenés que bajar haciendo rapel, a 7.500 metros, con oxígeno, más la carga, más las horas. Tu lucidez no es la misma”. En relación con las grietas que se deben sortear con escaleras, recordó que “un día pasás por una grieta con la escalera y a los dos días tenés que pasar por otro lado porque esa grieta se agrandó y la escalera se cayó”.

Su principal experiencia en este aspecto la rescata en el hecho de que “vos ya estás ahí y tenés que vivir el presente, controlar tu respiración y tu paso, es ese momento, sin otra cosa en la cabeza que no sea sortear ese obstáculo”.

Finalmente llegó el día de cumbre: “En mi cabeza tenía la cumbre, no existía la posibilidad de volverme sin lograrlo. Sabía que iba a tardar más o menos días, con más o menos dificultades, pero estaba seguro, estuve entrenando y preparándome para eso”.

Gabriel Guillar no tenía experiencia alguna en Himalaya. Hace 20 años que hace montaña, subió tres veces el Aconcagua y ha guiado a mucha gente allí. Además, compite en maratones y travesías en kayak. Su idea actual es seguir trayendo gente a Aconcagua y seguir con su vida normalmente: “Esto fue un objetivo, un gusto, y demostrar que se puede, que los límites son mentales y que es mentira que esto es sólo para superhéroes, lo puede hacer cualquiera, es cuestión de tener perseverancia, estudiar, rodearse de gente positiva, y lograr la mejor versión de uno mismo. Y además transmitir un mensaje emocional y espiritual de que si lográs tu objetivo quiere decir que te podés fijar un objetivo superior”.

Para esta expedición a Manaslu recibió algunos aportes económicos del Gobierno de San Luis y de la Municipalidad de San Luis, y la ayuda de algunas empresas que le facilitaron equipamiento. Obviamente que le gustaría intentar en un futuro otro 8 mil, y es consciente que el factor económico es el problema a resolver.

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