Por iniciativa de Naciones Unidas hoy 11 de diciembre se celebra en el mundo entero el Día Internacional de las Montañas. Desde el año 2003 se dedica este día a la concientización global de las problemáticas concernientes a las montañas en todo el planeta.

“El Día Internacional de las Montañas brinda la oportunidad de destacar cómo el clima, el hambre y la migración afectan a las tierras altas y de asegurar que el desarrollo sostenible de las montañas se integre en la Agenda 2030 y en la aplicación del Acuerdo de París” informa en su sitio web el organismo mundial.

Este año la temática de la conmemoración está vinculada con la Reunión Global de la Alianza para las Montañas, que se celebrará del 11 al 13 de diciembre en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma (Italia), en donde se analizarán retos y oportunidades para el desarrollo sostenible de las montañas, con apoyo a acciones concretas que fortalezcan la resiliencia de los pueblos y entornos de las montañas.

Si bien el tema sugerido es “Montañas bajo presión: clima, hambre, migración”, los países, comunidades y organizaciones son libres de elegir un tema diferente que pudiera ser más relevante para ellos en el Día Internacional de las Montañas.

Dentro del marco de la celebración, UN invita a participar en un concurso de videos #MountainsMatter para contar historias de las montañas, cuyo premio es un viaje a Roma.

A continuación, algunos datos de interés en referencia a las montañas:

Las montañas cubren el 22 % de la superficie de La Tierra y en ellas habitan el 13 % de la población del planeta.

Además de sustentar a 915 millones de habitantes de las alturas, las montañas también benefician a miles de millones de personas que viven en tierras más bajas.

El 90 % de los habitantes de las montañas del mundo vive en países en desarrollo, donde la gran mayoría vive por debajo del umbral de la pobreza y 1 de cada 3 se enfrenta a la amenaza de la inseguridad alimentaria.

Las montañas aportan entre el 60 y el 80 % del agua dulce del planeta, imprescindible para eliminar la pobreza y el hambre.

Las zonas elevadas juegan un papel clave en la generación de energías renovables, especialmente hidráulica, solar, eólica y biogás.