Campo base del Everest considerado el más contaminado del mundo
La masificación en el Everest provoca una crisis ambiental. El “techo del mundo” se ve amenazado por la falta de conciencia y regulación.
Por: Aconcagua Online

El monte Everest, conocido como el "techo del mundo" de 8,848 metros, en la frontera entre Nepal y China, enfrenta una grave amenaza que va más allá de los desafíos naturales del alpinismo. La masificación en la montaña más alta del planeta ha dejado tras de sí un rastro de degradación ambiental que ha encendido las alarmas sobre el futuro de estas majestuosas cumbres.
Un video compartido recientemente en su cuenta por el montañero 'The Northerner' ha reavivado el debate sobre la sostenibilidad y el impacto medioambiental de la actividad humana en el Everest. 
En este material audiovisual, se puede apreciar de manera impactante la cantidad alarmante de basura esparcida en el suelo del Campo 4 del Everest, llevando a 'The Northerner' a calificarlo como el "campamento más sucio del mundo".
La problemática no es nueva. La ONG nepalí Comité de Control de la Contaminación Sagarmatha, encargada de gestionar los residuos de los escaladores, estima que solo en la pasada primavera se generaron 84 toneladas de residuos y basura en el Everest. Esta cifra es solo un indicador del grave problema ambiental que enfrenta la montaña y la falta de conciencia de quienes la visitan.
La cuenta de Instagram @florcuenca_mountaiclimber ya había advertido sobre esta problemática en agosto de 2022, calificando la situación como una "gran pena" y describiendo el Everest como “una pocilga”. La cuenta expresó su preocupación sobre cómo la masificación y la falta de responsabilidad ambiental han convertido estas maravillas naturales en sitios degradados.
La masificación del alpinismo en el Everest y otros ochomiles no solo ha provocado problemas ambientales sino también situaciones peligrosas. Las largas colas de montañeros en busca de alcanzar la cima del Everest, como se evidenció en el K2, y la insensibilidad ante situaciones de emergencia han planteado preguntas fundamentales sobre el futuro de este deporte extremo.
Este fenómeno, impulsado en parte por un negocio altamente lucrativo, ha llevado a la comercialización extrema de la escalada, atrayendo a un gran número de alpinistas no profesionales y, en muchos casos, poco cuidadosos con el entorno natural. La falta de regulación y control efectivo ha permitido que el Everest pague el precio de la codicia y la falta de ética medioambiental.
El impacto de esta crisis ambiental va más allá de la montaña misma. La conservación de estas elevadas cumbres es esencial para preservar la biodiversidad, mantener el equilibrio ecológico y garantizar que las generaciones futuras también puedan disfrutar de la grandiosidad de estos lugares únicos.
En última instancia, el video compartido y las denuncias previas son llamados de atención urgentes. Se necesita una acción coordinada entre las autoridades locales, organizaciones medioambientales y la comunidad internacional para implementar medidas efectivas que mitiguen el impacto negativo de la masificación en el Everest y otros picos de gran altitud.
 

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